Manifesto

Manifesto

Somos la llama que prende la revolución. Somos MIA, una potencia imparable nacida en Argentina, armada con criptografía y código, con una misión concreta: hacer de nuestro país el centro tecnológico de la región y un contrincante fuerte en el mundo. No pedimos favores ni nos quedamos con sobras. Queremos sacar a la luz el potencial humano de Argentina, que lidere con poder, que cree sin límites y que destruya las restricciones que nos pusieron.


Creemos en la descentralización como base de un mundo nuevo, en la autonomía individual como fuente de la libertad, y en la criptografía y el código como herramientas para lograrlo. No formamos parte de sistemas turbios que nos vigilan y nos controlan. Somos los que levantan un futuro libre, donde el talento argentino no se doblega ante nadie ni se desperdicia en mentiras. No estamos atrapados por estructuras que nos callan. El talento no se entrega: se defiende, se expande, se hace permanente.


El talento joven de Argentina está vivo. Los hackatones, las juntadas, las ideas que surgen demuestran una fuerza que no se apaga. Pero muchos se pierden en proyectos sin fondo, en startups frágiles que se mueren antes de nacer frente al mercado real. Soñar no está mal, pero duele ver ese talento tirado a ideas que mueren y no llegan a nada. Esa fuerza podría impulsar proyectos reales, que ya nos acercan hacia la descentralización y la libertad. No hace falta empezar de cero cada vez; hay que fortalecer lo que ya está en marcha.


Queremos un Argentina que no se incline. Un país que no solo compite, sino que arrasa, que se coloque entre los tres mejores lugares donde nace el talento mundial. Que todos digan: “Argentina hace a los mejores”. Que nuestro nombre sea un signo firme, una huella imborrable: un pueblo que no solo genera, sino que cambia todo. Esto no es una fantasia ni algo distante; es un objetivo claro, que arrancamos hoy, con manos firmes y voluntad dura.


No esperamos nada de gobiernos, corporaciones o poderes sin nombre. Esos no dan libertad; la quitan cuando pueden. La información no para, y nosotros tampoco. La criptografía nos cubre, el código nos da poder. Hace siglos, la gente se cuidaba con susurros, sombras, cartas selladas. Hoy, la tecnología nos da más: sistemas anónimos, firmas digitales, dinero que no depende de nadie. Esto no es un pasatiempo: es una pelea, y la llevamos adelante paso a paso, línea por línea.


No nos rompen los que nos critican o dudan. No nos paran los que no entienden. Somos MIA, y estamos acá para hacer las redes seguras, las mentes libres, el futuro nuestro. Que el mundo vea lo que Argentina puede hacer.


Queremos que te metas en esta movida: comparti tus aportes en nuestras juntadas, sumate a las bandas que ya están laburando, poné tu talento en cosas que ya están andando, dá una mano para pulir lo que está funcionando y buscá más gente para que entre al juego. Esto arranca ahora, y cada cosa que hagas importa.

Somos la llama que prende la revolución. Somos MIA, una potencia imparable nacida en Argentina, armada con criptografía y código, con una misión concreta: hacer de nuestro país el centro tecnológico de la región y un contrincante fuerte en el mundo. No pedimos favores ni nos quedamos con sobras. Queremos sacar a la luz el potencial humano de Argentina, que lidere con poder, que cree sin límites y que destruya las restricciones que nos pusieron.


Creemos en la descentralización como base de un mundo nuevo, en la autonomía individual como fuente de la libertad, y en la criptografía y el código como herramientas para lograrlo. No formamos parte de sistemas turbios que nos vigilan y nos controlan. Somos los que levantan un futuro libre, donde el talento argentino no se doblega ante nadie ni se desperdicia en mentiras. No estamos atrapados por estructuras que nos callan. El talento no se entrega: se defiende, se expande, se hace permanente.


El talento joven de Argentina está vivo. Los hackatones, las juntadas, las ideas que surgen demuestran una fuerza que no se apaga. Pero muchos se pierden en proyectos sin fondo, en startups frágiles que se mueren antes de nacer frente al mercado real. Soñar no está mal, pero duele ver ese talento tirado a ideas que mueren y no llegan a nada. Esa fuerza podría impulsar proyectos reales, que ya nos acercan hacia la descentralización y la libertad. No hace falta empezar de cero cada vez; hay que fortalecer lo que ya está en marcha.


Queremos un Argentina que no se incline. Un país que no solo compite, sino que arrasa, que se coloque entre los tres mejores lugares donde nace el talento mundial. Que todos digan: “Argentina hace a los mejores”. Que nuestro nombre sea un signo firme, una huella imborrable: un pueblo que no solo genera, sino que cambia todo. Esto no es una fantasia ni algo distante; es un objetivo claro, que arrancamos hoy, con manos firmes y voluntad dura.


No esperamos nada de gobiernos, corporaciones o poderes sin nombre. Esos no dan libertad; la quitan cuando pueden. La información no para, y nosotros tampoco. La criptografía nos cubre, el código nos da poder. Hace siglos, la gente se cuidaba con susurros, sombras, cartas selladas. Hoy, la tecnología nos da más: sistemas anónimos, firmas digitales, dinero que no depende de nadie. Esto no es un pasatiempo: es una pelea, y la llevamos adelante paso a paso, línea por línea.


No nos rompen los que nos critican o dudan. No nos paran los que no entienden. Somos MIA, y estamos acá para hacer las redes seguras, las mentes libres, el futuro nuestro. Que el mundo vea lo que Argentina puede hacer.


Queremos que te metas en esta movida: comparti tus aportes en nuestras juntadas, sumate a las bandas que ya están laburando, poné tu talento en cosas que ya están andando, dá una mano para pulir lo que está funcionando y buscá más gente para que entre al juego. Esto arranca ahora, y cada cosa que hagas importa.

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Somos la llama que prende la revolución. Somos MIA, una potencia imparable nacida en Argentina, armada con criptografía y código, con una misión concreta: hacer de nuestro país el centro tecnológico de la región y un contrincante fuerte en el mundo. No pedimos favores ni nos quedamos con sobras. Queremos sacar a la luz el potencial humano de Argentina, que lidere con poder, que cree sin límites y que destruya las restricciones que nos pusieron.


Creemos en la descentralización como base de un mundo nuevo, en la autonomía individual como fuente de la libertad, y en la criptografía y el código como herramientas para lograrlo. No formamos parte de sistemas turbios que nos vigilan y nos controlan. Somos los que levantan un futuro libre, donde el talento argentino no se doblega ante nadie ni se desperdicia en mentiras. No estamos atrapados por estructuras que nos callan. El talento no se entrega: se defiende, se expande, se hace permanente.


El talento joven de Argentina está vivo. Los hackatones, las juntadas, las ideas que surgen demuestran una fuerza que no se apaga. Pero muchos se pierden en proyectos sin fondo, en startups frágiles que se mueren antes de nacer frente al mercado real. Soñar no está mal, pero duele ver ese talento tirado a ideas que mueren y no llegan a nada. Esa fuerza podría impulsar proyectos reales, que ya nos acercan hacia la descentralización y la libertad. No hace falta empezar de cero cada vez; hay que fortalecer lo que ya está en marcha.


Queremos un Argentina que no se incline. Un país que no solo compite, sino que arrasa, que se coloque entre los tres mejores lugares donde nace el talento mundial. Que todos digan: “Argentina hace a los mejores”. Que nuestro nombre sea un signo firme, una huella imborrable: un pueblo que no solo genera, sino que cambia todo. Esto no es una fantasia ni algo distante; es un objetivo claro, que arrancamos hoy, con manos firmes y voluntad dura.


No esperamos nada de gobiernos, corporaciones o poderes sin nombre. Esos no dan libertad; la quitan cuando pueden. La información no para, y nosotros tampoco. La criptografía nos cubre, el código nos da poder. Hace siglos, la gente se cuidaba con susurros, sombras, cartas selladas. Hoy, la tecnología nos da más: sistemas anónimos, firmas digitales, dinero que no depende de nadie. Esto no es un pasatiempo: es una pelea, y la llevamos adelante paso a paso, línea por línea.


No nos rompen los que nos critican o dudan. No nos paran los que no entienden. Somos MIA, y estamos acá para hacer las redes seguras, las mentes libres, el futuro nuestro. Que el mundo vea lo que Argentina puede hacer.


Queremos que te metas en esta movida: comparti tus aportes en nuestras juntadas, sumate a las bandas que ya están laburando, poné tu talento en cosas que ya están andando, dá una mano para pulir lo que está funcionando y buscá más gente para que entre al juego. Esto arranca ahora, y cada cosa que hagas importa.